Frecuentemente el común de las personas pueden pensar que unos dientes bonitos son aquellos blancos de buen tamaño y alineados de forma perfecta, pero la naturalidad y la belleza en una sonrisa si bien lo da la simetría y el color obedece también a estas 5 características.
Tus dientes no deben ser como ladrillos apilados. Los dientes presentan superficies que no son tan lisas como una baldosa, bordes que no son tan rectos como una regla y ángulos que no son tan rectos como el de una ventana.
Ningún diente es idéntico a su contra lateral, existen pequeñas diferencias que los hacen únicos. Con la calidad y la experiencia de tu odontólogo se puede plasmar esta naturalidad en un diseño de sonrisa.
Los dientes blancos, pero sin vida. Son aquellas carillas estéticas hechas con materiales baratos de mala calidad que a pesar de ser blancos no translucen, tu diente puede ser blanco pero para que se vea natural tiene que permitir una translucidez suficiente para que el diente tenga vida.
Encías libres de Inflamación o cambios de color desagradable en las encías. Si bien la falta de higiene puede generar inflamación en las encías muchas veces ocurren por restauraciones mal adaptadas, o mal adheridas que permiten alojamiento de bacterias y dificultan una buena higiene.
Carecen de opalescencia y fluorescencia. Solo las cerámicas con los más altos estándares de calidad en el mundo tienen estas dos características. La opalescencia es la capacidad que tiene tu diente de reflejar ciertos tonos rojos y azules en diferentes temperaturas de luz en el transcurso del día, la fluorescencia es la capacidad que tienen estas carillas estéticas de producir su propia luz, como lo hacen los dientes naturales y los huesos.
podrán verse muy blancos, muy derechos, pero Si tu diseño de sonrisa no cumple estas condiciones tus dientes se verán como unos chicles de caja.